Friday, February 20, 2009

"MONSANTO"


"Monsanto"- Acrilico s/tela - 120cm x 100cm


Monsanto es el gigante de la industria agroquímica que domina el mercado mundial de las semillas modificándolas genéticamente y patentándolas: dominar las semillas es dominar los estómagos de la población mundial. Antes de 1992 no podían patentarse semillas, y Monsanto logró que Estados Unidos lo permitiese. Hoy tienen mil patentes.
Por ejemplo, la bacteria Bacillus thurigiensis está en el suelo de forma natural y es insecticida. Si se usa en preparados pulverizados es eficaz, y el sol la degrada pronto: resulta inocua para el medio ambiente. Pero los de Monsanto tomaron de la bacteria el gen que produce la toxina, y lo insertaron en el genoma del maíz. De este modo, ese maíz queda blindado contra los insectos. La toxina intoxica no sólo al piral - insecto perjudicial para el maíz-, sino también a los insectos predadores del piral como la crisopa, y a mariposas, microorganismos del suelo, pájaros insectívoros... Y al hombre, pues ese maíz insecticida pasa a harinas, chips, cereales, sopas, tortas... Cada día hay más alergias porque son sobrerreacciones de nuestro organismo ante algo que no reconoce. Ese maíz poliniza cultivos de maíz ordinario, contaminándolos, convirtiéndolos también en transgénicos. Se extinguirá el maíz natural. Y aunque no ingirieses ese maíz directamente..., se lo dan como forraje a animales que luego el hombre sí comerá. El herbicida más vendido del mundo se llama Roundup, de Monsanto. Extermina toda la maleza..., pero no es biodegradable, y es promotor de cánceres y perturbador endocrino. ¡Nacen bebés con residuos de dioxinas en sus células! Las dioxinas son derivados de síntesis químicas de laboratorio. Llegan a los bebés por lo que comen las madres. Para que la espiga de trigo produzca más grano, ha sido genéticamente modificada y protegida con ocho pesticidas y varias hormonas... cuyos restos te comes en el pan. ¿Y por qué no reaccionamos? Porque priorizamos la cantidad, la producción, la viabilidad económica, el negocio, los precios... Pero este sistema acabará también con los pequeños agricultores porque compran semillas genéticamente preparadas para ser fumigadas con Roundup, se obligan a comprar remesas nuevas cada año, y son caras. Perdemos miles de variedades tradicionales, y los campesinos acaban en manos de Monsanto, arruinándose muchos. ¿Qué pasará si se mantiene esta tónica?
Que Monsanto producirá todas las semillas... y todos los productos fitosanitarios sin los que esas semillas genéticamente modificadas no fructifican (como el Roundup, que le reporta el 30% de sus ingresos). Si se confirma que algún producto es peligroso, lo retirarán, dándoles tiempo para fabricar otro... hasta que vuelva a demostrarse que es cancerígeno o perturbador hormonal. Y así hasta que acabemos todos estériles y enfermos.
Existe el precedente del agente naranja. Empleado como herbicida durante decenios, su uso en la guerra de Vietnam ratificó su toxicidad cancerígena. Así que ha sido retirado. Lo fabricaba Monsanto.
.
.